La Mesa de Protección a Periodistas y Trabajadores de Medios Relacionados a la Información, envía un mensaje a quienes pretendan atentar contra los periodistas en El Salvador, en donde asegura que, la Mesa es una instancia de coordinación; ante el caso de Turcios, la Mesa reunió esfuerzos junto al gremio periodístico, con la finalidad de presionar a las autoridades para que los hechos no quedarán en la impunidad.
Transcurrieron ya diez días desde el asesinato de Karla Turcios, periodista de La Prensa Gráfica (LPG) y según la Fiscalía General de la República (FGR), el caso ha sido solventado a través de indagaciones tecnológicas, revisión de cámaras de videovigilancia y bitácoras de llamadas.
“Como gremio estamos satisfechos de la prontitud mostrada por los organismos de investigación en este caso y esperamos la misma diligencia para actuar en otros hechos en los que las victimas son periodistas o trabajadores de medios relacionados con la información”, manifestó Javier Najarro, miembro directivo de Asociación de Periodistas de El Salvador (APES).
A raíz de una orden administrativa girada por la fiscalía, el lunes 23 de abril, en horas de la noche, la Policía Nacional Civil (PNC) capturó a Mario Huezo, compañero de vida de la víctima, en las inmediaciones del hotel Real Intercontinental en San Salvador.
Desde que Huezo dio declaraciones sobre el asesinato de su compañera, las autoridades de investigación empezaron a indagar minuciosamente el contexto de los hechos, y no eran congruentes con su versión, por lo tanto, era el principal sospechoso.
Suficientes elementos verídicos sobre el atentado
Douglas Meléndez, fiscal general de la república, dijo que Turcios presentaba dos golpes situados en su rostro, uno en la frente, otro en su boca, antes de ser estrangulada, dichos datos son parte de los elementos que la fiscalía maneja ante el hecho.
“Tenemos elementos suficientes para establecer el feminicidio”, aseguró Howard Cotto, director general de la PNC.
También, accidentalmente al agresor se le cayó de su bolsillo una nota similar a la que había encontrado en su casa (la diferencia de ese escrito era la letra “A”) y que posteriormente entregó a las autoridades.