En el marco del 36 aniversario del asesinato de los cuatro periodistas holandeses, se realizó una misa memorial el pasado 8 de marzo, en la cripta de monseñor Romero, ubicada en Catedral Metropolitana de San Salvador. La Asociación de Periodistas de El Salvador (APES) acompañò la actividad, al igual que otras gremiales de comunicaciones y los feligreses.
Ciertamente, el atentado del 17 marzo de 1982 por el Batallón Atonal, dirigido a los corresponsales internacionales Andries Koster, Jan Corelius Kuiper Jop, Hans Lodewi y Jan Willemsen, quienes llegaron al país con el objetivo de recopilar información sobre la violación de los derechos humanos, la persecución de la iglesia, los sindicatos, organizaciones, para continuar con sus investigaciones sobre ejecuciones, desapariciones y el accionar de los escuadrones de la muerte.
Carlos Domínguez, miembro de la comisión de ética de APES, aseguró que el informe de la Comisión de la Verdad ilustra lo que sucedió en esa fecha.
Asimismo, en el mensaje de la homilía, el padre José María Tojeira, mencionó que los periodistas querían descubrir la verdad, anunciarla al mundo y traer un poco de paz verdadera, razón por la cual se dio el crimen.
«El caso está abierto en Dulce Nombre de María, nuestra intención como gremio es, que la Fiscalía General de la República (FGR) asuma el hecho dentro del Código Penal nuevo, por lo tanto, le da un poder mayor a la institución para que haga investigación profunda, pueda abrir juicio y pueda sentar a los culpables, ya que ellos están vivos”, manifestó el presidente de la Fundación de la Comunicación para el Desarrollo (Comunicándonos), Oscar Pérez.
Además, Pérez dijo que ellos han sido delegados por los familiares y el gobierno de Reino de los Países Bajos ante Centroamérica, para representarlos ante la justicia salvadoreña.
A pesar del tiempo transcurrido, el gremio periodístico y familiares de los periodistas demandan justicia a las autoridades salvadoreñas para que aclaren los hechos y tomen acciones por judicializar el caso.