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Periodismo: realidad y puntos de vista

Por: Susana Peñate, integrante del Comité de Ética de APES.

La facilidad de conectarse a Internet por distintos dispositivos tecnológicos y el acceso a las redes sociales ha permitido que más personas puedan hacer comentarios y emitir sus opiniones sobre cualquier tema que les interese y ser leídos, vistos y escuchados por personas que pueden estar a pocos metros o a miles de kilómetros de distancia. 

Y en este avance de las Tecnologías de la Comunicación y la Información (TIC) el periodismo no se queda atrás. Las redes sociales ya son parte del trabajo periodístico, los detalles de los hechos se transmiten casi en el mismo instante en que suceden.

Con la misma rapidez con que llegan los mensajes, se acumulan los comentarios y las opiniones de las audiencias, y en algunos casos de los mismos actores o sujetos que son parte de la noticia.

Los hechos y personas de quienes se informa son diversos y algunos temas generan más polémica que otros, usualmente la política se lleva el primer lugar.

La diversidad de opiniones es necesaria en una democracia, pero en el mundo digital la tolerancia se ha puesto a prueba y prácticamente va perdiendo la partida.

Es aquí donde el periodismo tiene un papel relevante para nuestras sociedades que todavía están bajo la clasificación de «países en vías de desarrollo», pues parte de su labor es exponer la diversidad de puntos de vista que son parte de la realidad nacional.

Sí, parte de la realidad nacional.

Ya muchos periodistas habrán escuchado o leído la frase «digan la verdad» o «no mientan». Pan de cada día.

Y aunque el romanticismo del periodismo nos llama a esa búsqueda de la verdad, hay que considerar que lo que se busca son hechos y opiniones que nos sirvan para hacer una reconstrucción lo más exacta posible de la realidad.

Pero esta realidad tiene varias perspectivas y cada quien la percibe de un modo distinto, dependiendo del lado en que la observa o cómo le toca vivirla. Con esa base se forman las opiniones, las cuales no siempre van a coincidir.

De esa forma, quien se ha visto beneficiado con una acción o programa de gobierno, por ejemplo, tendrá una opinión diferente de quien no ha sido parte de tal beneficio. Quien pasa dos horas en el tráfico en su vehículo tendrá una experiencia diferente de quien pasa tres horas en un autobús del transporte público, aunque ambos digan que el tráfico es insoportable.

Una labor del periodismo es recoger y cuestionar esos puntos de vista, las opiniones del beneficiado y del no beneficiado, del de carro y del de a pie, del funcionario en turno y de la oposición, del acusado y del acusador.

Y el periodismo de investigación va más allá, profundiza, recaba y respalda con datos y pruebas esa parte de la realidad que algunos no quieren que salga a luz o les causa incomodidad. Claro, desde su punto de vista tendrá alguna justificación y por eso demeritan el trabajo periodístico.

Tanto el periodismo de día a día como el de investigación deben mantener la rigurosidad y la técnica, contrastar, corroborar, revisar y volver a revisar. Y a pesar de llevar a cabo todo ese proceso siempre habrá comentarios y opiniones que no estén de acuerdo con la información expuesta.

Lastimosamente, los espacios que nos dan las TIC no están siendo aprovechados para llevar el debate a un nivel más alto que nos permita fortalecer la democracia y la institucionalidad, pues muchas de las opiniones se quedan a simples insultos y hasta amenazas.

Ojalá que eso no sea un freno para continuar con la labor periodística tan necesaria para nuestro pequeño pero nada aburrido país.

De paso, aprovecho para saludar a los y las periodistas de El Salvador en su día.

 

31 de julio Día del Periodista

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